domingo, 21 de septiembre de 2008

A la espera del arroz con bacalao

Han pasado tres días y medio desde la noche fatídica, y todo está en calma. Atrás quedaron los nervios, congojas y desasosiegos de veces anteriores... En esta ocasión, me siento más segura, me siento más mujer. Será porque todavía no me ha bajado la regla; el disgusto ha hecho que lleve casi tres días de retraso. Sin embargo, el proceso hormonal sigue su camino, al igual que lo siguen las personas cuando alguien cercano muere. De hecho, tengo el pecho a reventar. ¡Qué desgracia, Kevin, con lo mucho que lo hubieras disfrutado!

No obstante, estoy tranquila.

El viernes, cuando me venía a las fiestas de mi pueblo, me lo encontré en el parquecito de nuestra residencia en Manhattan del Pilar. Aunque yo le saludé e iba dispuesta a continuar mi camino, él me paró. Cosa que agradecí, porque en el fondo estaba deseando hablar con él. Cruzamos cuatro chorradas y tuve que subir de nuevo a casa por motivos que no voy a explicar. Compartimos ascensor y, aunque durante el trayecto al 11 no dijimos nada, la despedida fue brutal y dolorosísima:

-Bueno, pues nada, me voy -dijo él asomando una sonrisita que yo compartí.
-Muy bien...
-Bueno, pues pásalo bien... Aguri... -dijo mientras salía del ascensor.

Para que no me diera tiempo a arrepentirme y llamarlo como si fuera una arrastrada cualquiera, fui rápidamente a pulsar el piso 13, pero, él fue más rápido y abrió la puerta. Aquí empezó todo:

-¿Qué quieres?
-Nada...
-Kevin, ¿cuándo vas a dejar de jugar conmigo?
-No juego, es que me siento incómodo...
-¡Es que te sientes incómodo por todo!
-Está bien, no te molesto más... Aguri...

Pulsé el botón y subí berreando al 13. Les expliqué lo ocurrido y Pitonisa, como siempre, terminó defendiéndolo, algo que no entiendo porque se supone que su amiga soy yo...

El caso es que, desde entonces, tengo el impulso de llamarlo para decirle que yo también me siento incómoda, pero no puedo hacerlo. No puedo hacerlo porque le dije que jamás le volvería a llamar ni a mandar sms, y como nunca lo cumplo, no quisiera terminar de perder todo el criterio y fiabilidad que pueda mantener. Pero me muero...

Me muero por conocerle...
saber qué es lo que piensa,
abrir todas sus puertas,
y vencer esas tormentas que nos quieran abatir
centrar en sus ojos mi mirada,
cantar con él al alba,
besarnos hasta desgastarnos nuestros labioooosss
Y ver en su rostro cada díaaa crecer esa semilla,
crear, soñar, dejar todo surgir, aparcando el miedo a sufrir...

Porque es tan tan tan duro... Es tan duro pensar que el lunes me compró arroz integral en Mercadona y prometió hacerme un arroz con bacalao, pero blanco... Es tan duro pensar que el arroz está cada vez más lejos... Es tan duro pensar que el domingo pasado hicimos cositas muy divertidas en su cama y que ahora ya no tengo ni expectativas a corto-medio plazo... De todos modos, sé que él me quiere, probablemente más que yo a él, pero no por nada, sino porque todas estas cosas merman mi capacidad amorosa... Como dijo Mar Flores tras la ruptura definitiva con Cayetano Martínez de Irujo: "Cuando un jarrón se rompe, aunque lo pegues, siempre quedan las marcas. Eso es lo que pasa con las relaciones". Yo traslado el símil a mi corazón, lleno de cicatrices, hematomas, bypass (¿se escribe esto así?) y a la espera de un marcapasos.

Guuuaaaaa..... Kevin, ¿¿¿por qué tuviste que aparecer en mi vida???

PD. Había pensado por un momento, enviarle una carta por correo postal con una receta de arroz con bacalao, pero una vez más, dejaría de cumplir mi promesa. Así que debo mantenerme fuerte.

Siempre vuestra, una destrozada pero con ganas de vivir, Laurita Palmer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!! Laurita te veo jodida pero contenta, luchando entre lo que te dicta la razón y el corazón, pero discrimina, no fuerces tus actos aunque estos, sean infieles a tus principios. Recuerda que el ayer nunca vuelve y que debes elegir caminos que te hagan sentir libre como el viento y si no te sientes asi, igual debes volver a elegir otro camino. Hasta que encuentres el correcto. Pero no inhibas tus impulsos por que entonces estas inhibiendo tu verdadero yo y asi te sentiras presa de la razón, de lo correcto de lo habitual de los cannones y tu Laurita no eres asi no eres alguien común tienes una sensibilidad unica y eso es lo que debe importar apuesta arriesga que siempre es mejor arrepentirse de lo que hicimos que no de lo que nunca hicimos.
Se despide atentamente la Hija del Drogas.

Anónimo dijo...

Necesito más...
Responderme al comentario por lo menos y nos vemos en el OJALA...